En Sayel of Angels necesitaban mano de obra, y la Manada de Seeonee decidimos echar una mano en el lejano oeste, en San Martín de las Ollas. Nuestro cometido era construir una estación de ferrocarril en la ciudad, y nos pusimos manos a la obra. Trabajando día tras día, sin olvidarnos de descansos de cowboy, los juegos y baños de agua fresca y el rancho, conseguimos levantar la estación, colocar los raíles y el paso a nivel, dejando todo listo para que llegara el tren.
Además conocimos al resto de habitantes de la ciudad, y al Sheriff, a quien ayudamos a reagrupar a la manada de búfalos que habían escapado, demostrando nuestras habilidades como cowboys.
Pero un día el Hermano Gris se comunicó con nosotros a través del fax… ¡Shere-Khan estaba cerca!
Tras la advertencia de Hermano Gris nos entrenamos en las tierras del oeste para poder vencer al tigre y regresar al cubil como una Manada unida y digna de confianza. Tiramos con arco, superamos pruebas físicas en el menor tiempo posible, demostramos nuestra habilidad y equilibrio, nuestra creatividad y la capacidad de improvisación de los lobatos… y salimos de Sayels of Angels para despistar al tigre, llegando a unas cascadas, cruzando la vía del ferrocarril sobre el río, paseando por parajes desconocidos que nos acogieron una noche.
Al volver a la ciudad tuvimos que expulsar a Tabaki con un ritual, y reparar los estragos que el clima del oeste había hecho en la estación de tren.
Y seguimos con nuestro entrenamiento, aguzando oídos y vista tanto de día como de noche. El último paso sería decidir cómo atrapar a Shere-Khan. Todos juntos decidimos montar una serie de trampas, estratégicamente colocadas, para atrapar al tigre, y le atrajimos con un suculento cebo y unos peleles con apariencia de lobato.
Al poco tiempo un feroz rugido se escuchó en Sayels of Angels… ¡el tigre había caído en la trampa! Rodeado de antorchas y estacas había rodado sobre él un tronco, otro le había golpeado en la cabeza y así, confuso, cayó sobre él una lona que le mantuvo sujeto hasta que 2 Viejos Lobos bajaron para rematarle y quitarle su piel como señal de que lo habíamos conseguido.
Y tras celebrarlo en el Saloon de la ciudad con el resto de vaqueros la Manada de Seeonee pudimos volver al Pueblo Libre con nuestra misión cumplida.
¡Lobatos, haremos lo mejor!